Hace unos 20 años, gracias a una sección de rutas verdes de El País Semanal, tuve la oportunidad de conocer y visitar este olvidado, tranquilo y sorprendente rincón del noroeste de la Región de Murcia, en el municipio de Moratalla.
En aquellos tiempos, de intuición y mapa, aprovechar o no perderse todos los rincones y atractivos de una determinada ruta estaba sujeto, inevitablemente, a cierto margen de suerte o improvisación. Hoy en día, para bien y para mal, con la ayuda de un GPS y con una simple búsqueda previa en wikiloc u otras webs de rutas, puede uno, en pocos minutos, seleccionar, en casi cualquier zona, un recorrido que se ajuste en trazado, distancia y dificultad a tus preferencias. Además, y si insistimos en la búsqueda, podemos dar con algunos blogs o webs en los que localizar información adicional de la zona o incluso, a veces, hasta una detallada descripción del recorrido o recorridos más habituales.
Así que, después de una corta investigación "bibliográfica" previa, hemos vuelto, dos décadas después, a realizar una excursión familiar, apta para (casi) todos los públicos, a este laberinto de encinas, roquedos cuevas y caseríos perdidos en el tiempo: El Chaparral de Bajil, Rincón de los Huertos y Cuevas de Zaén.
El día se presenta lluvioso e inestable, pero con tendencia a la mejoría, por lo que, después de decidir no madrugar demasiado, comenzamos a caminar, a las once de la mañana, desde el cortijo de Bajil (accesible desde la carretera RM-B30. Benizar-El Sabinar), en dirección al cortijo del Cenajo, situado al otro lado de la Cañada de Bajil.
Un sendero poco marcado nos conduce hasta una balsa que retiene agua de un manantial. Alcanzamos una pista y nos internamos, envueltos en la niebla, en un originario y ancestral bosque mediterráneo de encinas, enebros y sabinas.
Poco después nos desviamos a visitar las cuevas de la Iglesia y los Murcigillos.
Desandamos nuestros pasos, seguimos por el camino, llegamos a un collado y nos volvemos a desviar para, en corto ascenso, alcanzar la cumbre del Puntal de Cárdenas (1.435 m), desde donde disfrutamos de espléndidas vistas del Campo de San Juan.
Volvemos al collado, continuamos por el camino y nos dirigimos hacia el norte por distintos senderos y antiguos caminos de herradura, entre un laberinto de roquedos, encinas y sabinas.
Un cómodo descenso nos conduce al Rincón de Los Huertos, conjunto de casas y cuevas, que parece detenido en el tiempo. Aprovechamos para comer junto a una de las casas o apartamentos rurales existentes en este silencioso y bucólico rincón.
Rodeamos los característicos relieves del Puntal del Zanco y, después de un zigzagueante descenso, continuamos por la Cañada de Bajil. Manantiales y balsas de agua acompañan nuestros pasos.
En una vaguada, frente al Cerro de Las Víboras, nos desviamos por un sendero que nos conduce hacia la Cueva del Esquilo, en donde contemplamos una pintura medieval, de principios del siglo XVI, "El Barco de Bajil".
Poco después llegamos al cortijo de Bajil. Habida cuenta de la hora, optamos por subirnos a los coches y seguir, durante aproximadamente 1,2 km, el camino que, en dirección suroeste, nos conduce a las proximidades de las Cuevas de Zaén.
Nos internamos, ya a pie, en la cornisa natural que discurre por los roquedos de la vertiente sur del Calar de Las Cuevas, salpicada, como consecuencia de fenómenos geológicos de erosión diferencial y alveolar, por numerosas oquedades y cuevas.
Subimos, bajamos, trepamos, destrepamos y no paramos de hacer fotografías por este laberinto de cuevas, auténtico monumento natural geomorfológico (que a ratos nos recuerda a nuestro Arabí y a nuestra cueva de la Horadada), excelente colofón final a esta ruta.
En definitiva, una interesante excursión que permite descubrir los recónditos confines de la Región de Murcia, en un recorrido entre encinas, tapizadas de musgos y líquenes, nogales, roquedos, cuevas y manantiales, acompañados, intermitentemente, por el discurrir del agua. Sorprendentes, asimismo, las formas de erosión y las dimensiones de las cuevas de Zaén, así como las impresionantes vistas que se disfrutan desde este balcón natural del Campo de San Juan. Una ruta muy recomendable y para repetir.
Track: Aquí.
Datos prácticos:
Distancia: 15,5 km
Desnivel acumulado: 390 m
Horario: 4 h (en movimiento).
Dificultad: Media-Baja.