Volver a Sierra Espuña es volver a disfrutar de la bici, máxime cuando se pedalea por un recorrido tan variado como el que hemos realizado y en el que se ha echado en falta a algunas de las liebres viajeras habituales. No se si será la edad, o será el sentido común, pero así, alejado de masificaciones y ajeno al reloj y al cronómetro, es como más disfruto, y espero seguir disfrutando durante muchos años, del placer de montar en bici y de recorrer y conocer lugares y montañas.
Y es que la ruta, pese a ser más corta y menos dura que las últimas realizadas en Sierra Espuña, ha tenido de todo: Sendas y barrancos, técnicos y exigentes, que han roto la monotonía (y también el ritmo) de las subidas.
También kilómetros y kilómetros de senderos ingenieriles, no todos tan tranquilos y regulares como a primera vista pudieran parecer.
Pistas forestales alejadas del bullicio de las áreas más masificadas de la sierra.
Y, como no, después de la subida viene el descenso, preferiblemente por interminables sendas, tan abundantes en el Parque, como las 2.000 curvas.
A las que les siguen otros senderos junto al río Espuña y las cercanías de la Casa Forestal Huerta de Espuña.
Una cerveza-tentempié en el bar-restaurante de la Fuente del Hilo y apuramos el último repecho de la jornada y los últimos kilómetros de senderos y descensos.
Parece mentira, pero después de más de 4:30 h en bici, todavía seguimos disfrutando de la bajada y de los senderos.
En resumen, un ameno recorrido de longitud, desnivel acumulado y dificultad técnica media, inferior al de las últimas visitas, que nos ha permitido disfrutar, de nuevo y en toda su intensidad, de Sierra Espuña.
A pie, en bici o escalando, Sierra Espuña nunca defrauda.
-Track: Aquí.
-Distancia: 51 km.
-Desnivel acumulado: 1.550 m
-Dificultad física Media-Alta y técnica Media.
-Tiempo en movimiento: 4:50 h
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