lunes, 1 de septiembre de 2014

UBIÑA CHALLENGE PRO TOUR: ASTURÍAS, PARAISO PARA LA BTT

Como ya viene siendo habitual en los últimos años, un grupo de liebres teníamos previsto realizar este verano una ruta en BTT de varios días en latitudes menos calurosas. Una vez conocidas las rutas comerciales más habituales, para este año buscábamos un recorrido menos convencional, en el que predominasen los senderos. Descartadas otras opciones, finalmente nos decantamos por la Ubiña Challenge Pro Tour, en el Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa de Asturias. La elección ha sido todo un acierto, ya que en sus 195 km de recorrido y 7.000 m de desnivel acumulado atraviesa una orografía agreste y solitaria, alejada de las rutas turísticas habituales, y que ofrece gran variedad de paisajes y senderos, rodando a altitudes próximas a 1.900 m.s.n.m.
Las raciones diarias de kilómetros, senderos, tramos técnicos y metros de ascensión han colmado sobradamente nuestras ansias de pedaleo, bajo unas temperaturas y condiciones meteorológicas óptimas y envidiables para el mes de agosto (a excepción de la densa niebla de la segunda jornada). Eso sí, los más de 2.000 m de desnivel acumulado diarios se han ido acumulando, muy a nuestro pesar y junto a los años de algunas liebres veteranas, en nuestras piernas, día tras día.

ETAPA 1: BÁRZANA (QUIRÓS) - PÁRAMO (TEVERGA)

Después de la excelente cena e inmejorable fabada del refugio El Llano, donde aprovechamos para formalizar la inscripción y recoger toda la información complementaria de la ruta, dormimos en el Hotel Valle de Quirós de Bárzana. Por ello, al día siguiente optamos por iniciar la ruta desde Bárzana (8:25 h) y nos incorporamos directamente a la agradable y apacible vía verde de la senda del oso.
En Caranga de Abajo tomamos la carretera AS-228 en dirección Teverga y unos 2 km después volvemos a incorporarnos a la senda del oso. Pasamos junto a una zona de escalada y, en Entrago (P.K. 19,6), comenzamos un ascenso por carretera hasta Urría. Dejamos la carretera (P.K. 27,1) y nos desviamos en fuerte subida por una pista de hormigón, donde nos toca remontar largas y extenuantes rampas que, una vez superadas y cual inocentes liebres, pensábamos serían las más duras de toda la ruta.
Dejamos atrás este largo tramo inicial de carretera y hormigón (casi 30 km), llegamos a unos pastizales y prados de montaña y continuamos por un agradable carril-sendero. Cortas subidas y bajadas y algunos tramos aislados no ciclables nos conducen al Puerto de San Lorenzo (P.K 40,6), en los límites del Parque Natural de Somiedo.
Cruzamos la carretera, seguimos un par de kilómetros por pista, posteriormente carril-sendero, y llegamos al paraje de Piedraxueves y collado de la Magdalena en donde comemos.
Comenzamos un bonito descenso y pasamos junto a la Braña de la Corra. Seguimos por el antiguo Camino Real de La Mesa y algunos tramos bien conservados de la calzada romana que comunicaba Asturias con la meseta. Se une al grupo Jesús (de la organización de la ruta), llegamos a la Braña de La Mesa, aumenta la pendiente y coronamos el collado de La Mesa, con impresionantes vistas del macizo de Ubiña y la Babia leonesa.

Un largo y rápido descenso nos conduce a Torrestío (1.373 m), en donde decidimos dejar las cervezas para el final de la ruta y nos limitamos a reponer agua en la cercana fuente. A estas alturas, y antes de acometer los siguientes 400 m de desnivel, los kilómetros y desniveles realizados ya pesan, y mucho, en nuestras piernas.
Ascendemos por una pista, con tramos iniciales de fuerte pendiente, hasta el collado del Refuexo. Un corto sendero nos separa del collado de Las Navariegas (1.750 m). Cruzamos, no sin percances, una valla electrificada y comenzamos un largo y técnico descenso.
Rodamos inicialmente por prados abiertos y llegamos a la Braña de Las Navariegas. A partir de aquí comienza la parte más pedregosa, rocosa y técnica del descenso que nos obliga a hacer tramos continuados a pie; y es que, el musgo, las piedras y las rocas húmedas, tan poco habituales por nuestras tierras, ayudan bien poco a transmitirnos confianza para el descenso.
A media bajada nos entretenemos con la rotura y sustitución de una patilla del cambio (Jesús buscará un nuevo repuesto mañana en Oviedo y amablemente nos lo pondrá en el equipaje). Ya en el tramo final el sendero mejora notablemente, paramos un largo rato preocupados por la tardanza de Juan Ramón, hasta que aparece, tan tranquilo y sonriente, con una bolsa de setas atada a la mochila.
Llegamos a La Focella, acometemos una corta subida, hasta un pequeño collado, y comenzamos un rápido, entretenido y divertido descenso por un bosque de hayas hasta salir a la carretera.
Unos 3 km de carretera, en suave ascenso, nos separan de Casa Manolo, en Páramo (19:25 h), donde llegamos después de (para algunos) una de las más largas y duras jornadas de bicicleta de los últimos tiempos. Como es lógico, por la noche nos comemos y bebemos todo lo que nos ponen, incluido las setas de Juan Ramón.

Datos prácticos:
Distancia: 81 km
Desnivel acumulado: 2.650 m.
Tiempo (mov): 8:00 h
Dificultad física y técnica: Muy Alta.
IBP: 196

ETAPA 2: PÁRAMO (TEVERGA) - RIOSPASO (LENA)

A las 9:30 h comenzamos a pedalear, después de tener que solventar una nueva avería tempranera (otra patilla de cambio), por la carretera que asciende a Villa de Sub. Dejamos la carretera y tomamos una pista, con fuertes aunque cortas rampas iniciales, que nos conduce al collado Busbigre (P.K. 6,4).
La niebla nos acompaña y reduce la visibilidad. Continuamos por un sendero que asciende, en un tramo no ciclable, hasta Granda Muchida. Posteriormente descendemos a pie un tramo técnico y pedregoso que nos conduce hasta un collado. Después de otro tramo en ascenso no ciclable salimos a una pista (P.K. 9,0).
Pasamos junto a una ermita y continuamos pedaleando, en llaneo o suave ascenso, hasta llegar a un collado. Cruzamos una valla y comenzamos un rápido descenso hacia la comarca de la Babia leonesa, en el valle de San Emiliano. Aquí ya luce el sol. Las nubes y la niebla han quedado atrapadas en Asturias.
Cruzamos la carretera LE-481 y seguimos por tranquilos caminos de los prados de San Mamés, junto a pastos y campos de labor. Las vistas del macizo de Ubiña son espectaculares.
Pasamos Genestosa y continuamos por carriles y cortos tramos de sendero junto al río de Torrestío. Llegamos a una carretera y poco después a San Emiliano (13:40 h), en donde aprovechamos para comer el bocata del día acompañado, esta vez, por refrescantes cervezas.
Tomamos la carretera en dirección a Pinos y posteriormente seguimos ascendiendo por pista hasta el Puerto de Pinos y Casa Mieres. Estamos de nuevo en Asturias y la niebla nos vuelve a acompañar.
Detrás del refugio asciende un sendero que pasa por el lago de Pinos y las Vegas de Candioches y Rituerto. La visibilidad es reducida (< 10 m) y, muy a nuestro pesar, nos limitamos a seguir la línea de nuestros GPS sin poder disfrutar de las, sin duda, impresionantes vistas y paisajes de este tramo tan próximo a Peña Ubiña.
El sendero sigue ascendiendo, con tramos intermitentes no ciclables, hasta alcanzar las máximas cotas del día y de la ruta (1.890 m) en Collado Cerreos (P.K. 42,9. 16:40 h). Bajo una densa niebla, con nula visibilidad y cierta dosis de intuición solo nos queda seguir fieles a nuestros GPS.
Aquí comienza un vertiginoso descenso hasta Riospaso. La elevada pendiente del terreno, la escasa visibilidad y la hierba mojada nos obliga, en su inicio, a poner pie a tierra en ciertos tramos. Poco después la pendiente disminuye, la niebla queda atrás (o arriba) y podemos disfrutar de un rápido y seguro descenso por las praderías de la Vega del Meicín.
Pasamos junto al refugio del Meicín y continuamos por un camino, de firme empedrado y húmedo (tramos a pie), que desciende al pueblo de Tuiza de Arriba, desde donde tomamos la carretera que desciende a Tuiza de Abajo.
Continuamos por una tranquila pista asfaltada, no exenta de algunos tramos en suave ascenso, hacia el pueblo de Quempu. Giramos a nuestra izquierda y nos desviamos, ya en descenso, por un rápido y divertido carril-sendero, entre un bosque de hayas, que nos conduce a nuestro alojamiento, la Hostería de Huerna, en Riospaso (18:00 h), después de otra dura y espectacular jornada de bicicleta de montaña.

Datos prácticos:
Distancia: 52 km
Desnivel acumulado: 1.950 m.
Tiempo (mov): 6:30 h
Dificultad física y técnica: Alta-Muy Alta
IBP: 179

ETAPA 3: RIOSPASO (LENA) - BÁRZANA (QUIRÓS)

A las 8:55 h nos ponemos en movimiento por un corto tramo de camino, junto a la iglesia de Riospaso, que nos conduce a la carretera Le-8. 12 kilómetros después llegamos a Sotiello. Continuamos por carretera, ya en ascenso, hacia los pueblos de Zurea y Valle (P.K. 15). Estos tramos de transición, rápidos y por carretera, lejos de disgustar se llegan a agradecer, ya que por lo que nos consta de las jornadas anteriores, cuando la ruta comienza de verdad no da ninguna tregua.
A partir de aquí continuamos ascendiendo por una bonita pista, entre floridas y verdes laderas, hasta que llegamos al collado de Porciles (P.K. 24,8). En este punto, los Javi´s, para aligerar la marcha y el horario, abandonan a las liebres veteranas a su suerte.
Comenzamos el descenso por un pista con charcos y tramos embarrados, cruzamos una carretera y seguimos descendiendo por un precioso carril-sendero que discurre por un frondoso bosque. !Espectacular¡. Solo por estos tramos merece la pena pedalear por Asturias.
Atravesamos Villar de Cienfuegos (P.K. 32) y continuamos el descenso por carretera. Llegamos a un cruce y nos desviamos por una carretera que, después de 1,6 km de moderado ascenso, nos conduce a Cienfuegos (728 m), en donde aprovechamos para reponer fuerzas y tomarnos, ya sin cerveza, el bocata del día.
Comenzamos un fuerte ascenso, un infierno de subida, con duras y largas rampas de hormigón, no ciclables para la mayoría de los mortales, que obligan a las liebres veteranas a continuos porteos. Sin duda, el tramo o tramos de mayor pendiente de toda la ruta.
Después de 1,5 km enlazamos con una pista, ya de menor pendiente (aunque no exenta de tramos del 15-20 %), que continuamos hasta el final de la misma (P.K. 43,8. 1.565 m).
La ruta continua por un sendero, con pasos aislados no ciclables, que nos lleva hasta una fuente.
Seguimos pedaleando por pastizales y prados de montaña y alcanzamos una impresionante vaguada, a los pies de sobrecogedores farallones rocosos. Un rincón espectacular, uno de esos lugares que te transmiten todo aquello que puede ofrecerte la bicicleta de montaña y por los que merece la pena, con creces, todo el esfuerzo realizado. Sin ninguna duda, han merecido la pena los cientos de kilómetros de desplazamiento realizados desde nuestras lejanas madrigueras del Altiplano. Lástima la niebla de la segunda jornada, en las Vegas de Candioches y Rituerto, que nos impidió disfrutar, sin duda, de otro (o todavía más) espectacular rincón.
Fotografías y paradas contemplativas ralentizan la marcha, pero que importa el horario, la velocidad o el viaje de regreso cuando una liebre está pedaleando por un auténtico paraíso natural. ¡Brutal! ¡Puro disfrute para los sentidos!
Comenzamos una entretenida y divertida bajada, volvemos a la realidad y, de nuevo, nos sorprende otro espectacular rincón, la Majada de las Infiestas.
A partir de aquí el descenso se torna más técnico, con firme pedregoso (y húmedo), y nos obliga a realizar intermitentes tramos a pie que, por otro lado, nos permiten disfrutar en mayor medida del bosque atravesado.
Salimos a una transitada pista que a partir de Bueida se convierte en carretera, por la que continuamos descendiendo hasta Santa Marina. A partir de aquí enlazamos nuevamente con la senda del oso que en dos cómodos kilómetros nos lleva a Bárzana (16:55 h), nuestro punto de inicio/fin de la ruta, después de una tercera (y última) dura y espectacular etapa.

Datos prácticos:
Distancia: 62 km
Desnivel acumulado: 2.240 m.
Tiempo (mov): 6:20 h
Dificultad física y técnica: Alta
IBP: 186

En resumen una espectacular y recomendable ruta de btt, equilibrada combinación entre bicicleta y montaña, alejada de poblaciones y recorridos turísticos convencionales, que ofrece una gran variedad de paisajes, montaña y senderos. A todo ello, se suma un excelente servicio y un trato personalizado por parte de la organización, siempre dispuestos a solucionar cualquier imprevisto, y una inmejorable relación calidad/precio de los alojamientos.
La comparación con otras travesías en BTT es difícil de establecer, ya que la Ubiña Challenge Pro Tour se aleja de los parámetros de diseño standard de otras rutas comerciales. En este caso, el recorrido no se supedita a unos desniveles diarios razonables, al paso por bares y restaurantes en determinados puntos kilométricos de cada etapa o a evitar senderos técnicos y tramos a pie, sino que directamente (y sin tregua) te conduce a los rincones más sobrecogedores, a los que parece increíble que pueda llegarse en bicicleta, y a los senderos de descenso más espectaculares. Para ello, solo hay que dejarse llevar, por tu GPS, pedaleando o andando, con tu comida y bocata a la espalda, amenizando las intensas y largas jornadas de bicicleta en algunas de las numerosas fuentes que salpican un recorrido que, más que comercial, parece concebido para mostrar al biker los paisajes, excelencias y posibilidades del ciclismo de montaña en el interior de Asturias, en el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa y los concejos de Quirós, Teverga y Lena.
Los bosques atravesados recuerdan (sin tener nada que envidiar) a algunos tramos y senderos de pedals de Occitania. Por su parte, los prados y paisajes de montaña resultan bastante más numerosos y espectaculares que los de pedals de Foc o Epic Trail en Pirineos, recordándonos (salvando las distancias), a los de la Transalpina. En pocas palabras, y a buena liebre entendedora, la Ubiña Challenge Pro Tour sería comparable a nuestra reciente Pedales de Alcaraz a lo "asturiano" o a "lo bestia".
Eso sí, para realizar esta espectacular y dura ruta de ciclo-montañismo, no apta para todos los públicos (aunque con otra opción más corta y menos dura, la Ubiña Challenge Tour), tendremos que pagar el peaje de tener que empujar/arrastrar nuestras bicis (tanto en ascenso como en descenso) en ciertos tramos del recorrido (más de los que resultan habituales en este tipo de rutas), aunque siempre recompensados por las impresionantes vistas, paisajes, prados de montaña, bosques y rincones que tendremos ocasión de conocer y atravesar. ¡A disfrutar!