sábado, 10 de mayo de 2014

PEDALES DE ALCARAZ. ETAPA 1: RIÓPAR-BIENSERVIDA

Texto: Chir-liebre
La bicicleta engancha. Es irremediable. Pero hay adicciones mucho peores y todos lo sabemos. La rutina diaria, los telediarios y el conformismo llegan a ser el peor enemigo: ese que no percibimos y termina por controlarnos como a un zombi. Llegando a ese estado los días se repiten, las semanas son iguales y de mes a mes ya no cambiamos ni el vestuario. Total, ya nunca llueve y casi no hace frío. Por eso es tan necesario de vez en cuando cambiar de aires y romper con la rutina. Para tal menester, Las Liebres tenemos la suerte de contar con Andrés, cabeza inquieta donde las haya, que no para de proponer nuevos retos, objetivos, lugares y viajes para reconocer y descubrir en bici o a pie. Y de él partió la idea de dedicar este año el puente del primero de mayo a recorrer la Sierra de Alcaraz en bici de montaña, aprovechando que este año todavía nos quedan fuerzas y ganas de pedalear, y que el próximo nadie sabe lo que nos deparará. Con tiempo, nos pusimos a trabajar planificando el recorrido, consultando quienes mejor conocen la zona y diseñando una logística que permitiese disfrutar y aprovechar el tiempo al máximo. El resultado fue una ruta de tres días con inicio y final en Riópar que es lo que os voy a contar.
Según se acerca el primero de mayo crece la inquietud. Preparamos el viaje como si fuese el de fin de estudios, sin olvidarse nada que nos pueda faltar. En casa y en el trabajo hay que dejarlo todo solucionado para que puedan pasar tres días sin nuestra insustituible presencia, aun siendo días de fiesta, o quizás por ello, te queda un poco de mala conciencia. Con las bicis cargadas y las maletas repletas partimos el miércoles 30 de abril en dirección a Riópar para cenar y pasar allí la noche y estar descansado por la mañana para afrontar la primera de las tres etapas previstas que, además, era, sobre el papel, la más larga y dura: 82 km y 2200 m D+.
En el comedor de Los Bronces compartimos la pasta, las truchas y los goles de mi Atleti. Saludamos al dueño, Alfonso, otro entusiasta de la bici que nunca para y conocimos a Emilio, el taxista de Riópar que nos portaría los equipajes de un lugar a otro. Ambos, y otros más, merecen una mención por el excelente trato que nos han brindado y por sus servicios que han contribuido al éxito de este viaje.

A las 8:00 h del día uno estamos ya en la calle. Comprobando las bicis y esperando que abran el desayuno y lleguen los Javis, que se desplazaban esa misma mañana desde Yecla.
A las 9:00 h partimos desde Riópar por el Arroyo de la Vega hasta las Casas de Las Tablas cruzando la CM-412, entrando de sopetón en la Vereda de Bogarra y senda por Los Majuelos para sacudirnos, en los primeros repechos, el poco frío y el sueño que nos pudiese quedar. Primeras sendas que nos dejan en el camino que viene de El Gollizo hacia Riópar Viejo, que aparece a nuestra izquierda con el Padroncillo al fondo.
Apenas un kilómetro de pista y llegan las segundas sendas y caminos que van remontando hasta el Collado de Las Crucetillas, con algunos tramos demasiado duros y que en una ruta como esta no nos debe importar empujar. Además de conservar las fuerzas, que el día será largo y nos harán buena falta, nos podemos recrear con las vistas de Riópar y su  valle que vamos dejando atrás. En tres ocasiones nos acercamos a la carretera, que, de momento, no hay que tocar. Hacia el km 11 alcanzamos  el collado, continuando por el camino hacia el Cortijo del Manojal, donde no puedo sino recordar la tremenda nevada y emboscada en la que hace 17 años nos metimos Del Ramo y yo por esos pagos. Estos días de primavera la temperatura y el terreno no se parecen a los de aquel día de diciembre, pero el viejo camino que va a La Vegallera flanqueado por las crestas de la Sierra del Gallinero conserva toda su belleza y atractivo.
En el km 17 cambiamos el camino por las sendas y viejos caminos que, salvo un inevitable paso por la carretera, nos llevarán hasta El Batán del Puerto. Un descenso agradable y divertido en el que no falta el agua, teniendo que cruzar en un par de ocasiones el Arroyo de Los Endrinales que bajaba con bastante agua. Es recomendable para este tramo echar unos calcetines secos, pues difícil será evitar que las zapatillas se nos llenen de agua. Y en los días de invierno, que cada cual decida por donde cruzar.
Llegamos al Batán y paramos a almorzar en el Hostal. Siguiendo la máxima de que donde fueras haz lo que vieras, nos apuntamos al plato típico local: migas con huevos fritos, tocino y chorizo. ¿Alguien lleva Almax? Porque alguno después (yo mismo) lo iba a necesitar.
Bien pasadas las doce terminamos de almorzar. Al subir de nuevo a las bicis comprendimos las consecuencias de tan disparatado almuerzo. La senda hacia el Cortijo de Perines nos espera en el paraje del Encebrico. Medio kilómetro al 20% no es lo más recomendable para después de almorzar, pero es lo que había, pues hasta el final del día no volveríamos a ver un bar.
En el Cortijo acaba la senda y seguimos la subida por caminos y pistas hacia Las Almenaras. En la Fuente de la Fuenfría nos desviamos a derecha para visitar la escondida cascada de El Chorraero y volver a nuestra faena de llegar a la Fuente del Pino de los Muchachos, donde por fin se me pasaron las angustias que llevaba por la mala digestión de las migas de los huevos. No se me volverá a ocurrir, pensaba, intentando engañarme a mí mismo, como si no me conociera.
Tras un rato de descanso en el abrevadero de la fuente emprendemos la bajada. Una senda de categoría, otra vez en bajada, por el Barranco del Ciervo en dirección al Cortijo de Tortas. Siendo cuidadoso se baja sin problemas. Siendo demasiado fogoso, te puedes llevar un buen susto, como Javi, sin consecuencias por suerte.
Justo en el cortijo tomamos la carretera CM-3216 por un par de kilómetros hasta alcanzar el alto de El Barrancazo. Allí comienza la pista que recorriendo la ladera de Las Almenaras llega hasta la aldea de Zapateros tras rodear un embalse recientemente construido. Un largo y entretenido recorrido por pista presidido en todo momento por la crestería pétrea de Las Almenaras.
Llegamos a Zapateros siendo ya las 15:45 h, buena hora para comer. Paramos junto a una fuente al llegar a las casas. Pero Las Liebres ya se han malacostumbrado al buen vivir y no les seduce la idea de comerse el bocadillo con agua, por muy pura, cristalina y serrana que sea, por lo que deciden entrar a explorar el pueblo en busca de eso que se está pensando: un bar. Evidentemente, sin éxito. La población oficialmente censada en la aldea es de un habitante, y para tan poca parroquia basta con el mueble bar del comedor de su casa. No había bar en Zapateros, pero sí salió a recibirnos su único habitante: el Chato. A saber lo que pensaría al vernos, pero debimos de causarle tanta lástima (¿Estos tíos a estas horas por aquí y sin comer?) que no dudó en sacar una docena de botes de cerveza (Águila Negra, nunca se me olvidará) que quisimos pagarle, a lo que se negó. Y con el refrescante premio obtenido volvimos junto a al fuente donde nos comimos el bocadillo que nos supo a gloria.
A mitad de comida bajó a visitarnos el Chato. Un tipo interesante este Chato. Nos estuvo contando su rutina y sus quehaceres en medio de la sierra. Básicamente su dedicación principal era vivir la vida. Alejado y de vuelta de todo, sin coche, sin moto, sin bici, sin teléfono, sin preocupaciones el Chato se dedica a cuidar su huerto, sin obsesionarse mucho; si las plantas dan fruto, se los come, y si se secan se las fuma. Todo lo aprovecha. Y no se pierde las fiestas de ningún pueblo de los alrededores, aunque tenga que andar toda una mañana por el monte para llegar al baile de Bienservida. Eso sí, nos dejó bien claro que su colega y él recibían frecuentes visitas de sus amigos y amigas, que les llevaban de todo y lo pasaban genial. Así se entiende que con poco más de quinientos euros pasase el año. Un personaje singular que marcó el primer día de la ruta.
Otro par de kilómetros por la CM-412 y nos desviamos a derecha en dirección a Bienservida por el paraje de El Ojuelo. Terreno quebrado entre pinares donde nunca llega la cuesta abajo y si llega dura poco. Ahora son los montes de El Padrón y La Sarga, formando una imponente mole pétrea, los que presiden el camino, que según va llegando a su final en Bienservida nos descubre una tierra de olivares más características de las tierras jienenses vecinas que de las albaceteñas en que todavía nos encontramos.
A las 17:45 h llegamos a la terraza del Hotel Florida, nuestra meta de ese día. Unas merecidas cervezas y un rato de conversación antes de subir a las habitaciones, en las que hubo cierto desconcierto al principio, aunque al final todos encontramos acomodo.
Con una sabrosa y abundante cena repusimos los depósitos para el día siguiente y tras un breve paseo por el pueblo, nos fuimos a descansar. No oí a nadie roncar, ni levantarse ni abrir o cerrar una puerta. Los 82 km de la ruta con sus más de 2200 m. de ascensión actuaron como el más potente de los somníferos, sin receta y sin efectos secundarios. Como se puede ver en la última foto, el tratamiento anti-stress funcionó a la perfección y bastó un solo día para conseguir que todos nos relajásemos y nos olvidásemos del mundo y de sus problemas. A partir de ese momento, nada más nos restaba disfrutar de una ruta espectacular en medio de un paraíso redescubierto: Riópar y sus alrededores.

Datos prácticos:




Alojamientos:
Riópar: Hostal Los Bronces. Tfno 967435033.
Bienservida: Hotel Florida. Tfno 967395714.
Tus: Hotel Balnerario de tus. Tfno 967436817.
Transporte de equipajes: Taxi Emilio, Riópar. Tfno 627411444.

TODAS LAS FOTOS DE ANDRÉS, SALVA, FRAN Y MÍAS:

ENLACE AL ÁLBUM DE FOTOS

EL VÍDEO DE MIGUEL LUCAS. ¡MIL GRACIAS!

martes, 15 de abril de 2014

MULHACÉN POR LA VEREDA DE LA ESTRELLA

Hacía muchos años que no iba a Sierra Nevada y, puesto que mis compañeros no la conocían, que mejor forma que volver por la Vereda de La Estrella. Y es que, ya no puede uno ir desaprovechando viajes y ocasiones. 
La ascensión al Mulhacén, desde la Vereda de la Estrella, es una ruta larga y dura que obliga, ante la ausencia de refugios, a tener que ir cargados con pesadas mochilas, a la vieja usanza. Además, la subida (y posterior bajada) a la Laguna de La Mosca, por las Chorreras, le confiere, en función del estado de la nieve y el hielo, una dificultad técnica añadida con poco margen para el error. Todo ello por la vertiente más abrupta, virgen y solitaria de Sierra Nevada. Una verdadera gozada.
Después del madrugón, llegamos al parking del Barranco de San Juan a las 10:00 h (Acceso). Nos juntamos con los compañeros de Valencia, terminamos de preparar y ajustar las mochilas, y comenzamos a pedalear (no, que digo, a andar) a las 10:30 h. Nos quedan por delante unas 3:00 h de cómodo sendero hasta Cueva Secreta.
Acompañados del constante rumor del agua y de un intenso verde primaveral pasamos junto a un castaño centenario conocido como "El Abuelo"
Aproximadamente 1:30 h desde el inicio, llegamos al conocido como "Viso de las Nortes", donde nos embriagamos con la visión de las imponentes caras nortes del Alcazaba (3.369 m) y Mulhacén (3.479 m). Como bien apunta Juan, el Síndrome de Stendhal, (variante montañera), hace mella en nuestros sentidos y aunque pudieran parecer los Alpes o el Himalaya, estamos en Sierra Nevada.
Más adelante encontraremos restos de una mina "La Probadora" y poco después de "La Estrella". Pasamos el Río Guranón por un puente de madera y posteriormente llegamos a Cueva Secreta.
Cruzamos el río Valdeinfiernos por un puente de madera, justo enfrente de Cueva Secreta, y acometemos el fuerte ascenso de la Loma de Casillas. Pasamos la Majada y el collado del Palo.
Seguimos a media ladera y llegamos al río Valdecasillas y un poco más adelante a los estrechos y encajados Prados de Las Víboras.
Continuamos ascendiendo junto al río, en dirección al Mulhacén, y después de buscar y descartar otros lugares, decidimos montar las tiendas en una suave elevación junto al río, tras unas 5:00 h totales de marcha.
Unas sopas, consomés e infusiones después, en las que no dejamos de acordarnos de la botella de vino que Migue se ha dejado en casa, a las 19:30 h ya hemos cenado y estamos "aseados" y listos para meternos en el saco.
Poco antes de las 21:00 h estamos acomodados (más bien "enlatados") en la tienda. La noche va a ser larga. A los continuos movimientos, reajustes posicionales, sonidos y ronquidos varios, se le suman las continuas visitas de una (o varias) zorras que acaban por sacar una mochila de debajo del doble techo de la tienda, arrastrarla por la nieve y, finalmente, salir huyendo con la bolsa de la comida. A juicio de los testigos del suceso, era una zorra, aunque, por tamaño, bien parecía una cabra.
 A las 8:00 h de la mañana del día siguiente, después de una ajetreada noche, ya equipados con crampones y piolet, comenzamos a ascender en dirección al Mulhacén. Llegamos a una zona amesetada a los pies de las Chorreras de La Mosca.
Ascendemos inicialmente en dirección a las Chorreras y poco después nos desviamos por una repisa inclinada en diagonal hacia la derecha (oeste). No hay hielo y la nieve, a estas horas de la mañana, está en perfecto estado. Tras algunas tramos de fuerte pendiente llegamos a la Laguna de La Mosca.
Placido, solitario, salvaje y tranquilo lugar, testigo de un antiguo circo glaciar, emplazado a los pies de la norte del Mulhacén y cubierto, en estas fechas, por un extenso manto de nieve.
Nos dirigimos al collado del Ciervo y desde ahí contemplamos el refugio y la Laguna de la Caldera, parcialmente descongelada, debido a la orientación sur de la misma.
50-60 minutos de marcha por una larga cuesta nos separan de la cumbre del Muhacén (3.479 m). 
Otra cumbre, una más, la más alta de la península, para las jóvenes liebres.
Aprovechamos para tomar un rápido bocado y ante la visión de las amenazantes nubes que se están formando iniciamos el descenso (12:00 h).
La nieve empieza a estar más blanda, aunque todavía no llega a ser molesta. Prestamos especial atención en el descenso de La Mosca (Atención: El descenso -y ascenso- más recomendable en invierno de La Laguna de la Mosca es por el basar o repisa cuyo inicio se localiza hacia el extremo o lado más occidental de La Hoya del Mulhacén). A partir de los pies de la misma, la nieve empieza a estar realmente blanda dificultando la progresión.
Llegamos al campamento sobre las 14:00 h. Desmontamos, recogemos, comemos y nos volvemos a cargar los "armarios" a la espalda (16:00 h). Decimos adiós a este bucólico rincón, y a las cabras (y zorras) que nos han acompañado en las últimas horas, e iniciamos esta segunda parte del descenso.
Poco después de las 17:00 h llegamos a Cueva Secreta. Desandamos la, en esta ocasión, interminable Vereda de La Estrella y llegamos, completamente agotados, al parking del barranco de San Juan sobre las 20:00 h. ¡Vaya paliza que nos hemos dado!. 
En definitiva, una larga, dura e impresionante ruta, de las más recomendables que pueden hacerse en Sierra Nevada, y, sin ninguna duda, la ascensión clásica, más atractiva, al pico más alto de la península, el Mulhacén. 

Track (de wikiloc): Aquí.

(El track del recorrido es en verano. Atención a las indicaciones para el ascenso/descenso a/desde la Laguna de La Mosca en invierno)

Datos Prácticos:
Distancia: 35 Km
Desnivel acumulado: 2.500 m
Tiempo en movimiento: 15-18 h (2 días). Dependerá del peso y del estado de la nieve.
Dificultad física (Alta) y Técnica (Media-Alta).
Observaciones: Imprescindible experiencia en Alta Montaña en invierno. Sin dificultad técnica en verano.

lunes, 7 de abril de 2014

MACIZO DE REVOLCADORES: ASCENSIÓN AL OBISPO Y REVOLCADORES

Tranquila excursión que desde Puerto Alto asciende a las dos cumbres principales del Macizo de Revolcadores (Obispo y Revolcadores), cota más elevada o "techo" de la Región de Murcia.
Desde El Entredicho, en la carretera Caravaca de La Cruz-Puebla de Don Fadrique (RM-730), nos desviamos hacia Cañada de la Cruz. Una vez llegados al pueblo, tomamos una pista asfaltada, a izquierda, que nos conduce hasta Puerto Alto. Aparcamos el vehículo en lo alto del puerto (cota 1.500 m), en una explanada próxima al punto donde termina el asfalto y continua la pista de tierra.
A mano derecha (en el sentido de la ida), unos pocos metros antes de donde hemos dejado el coche, vemos un estrecho camino que se adentra en la umbría del macizo de Revolcadores, por el que comenzamos a caminar. A 1,0 km del inicio iremos atentos a un hito de piedras situado a la derecha del camino. A partir de dicho punto comienza un sendero en continuo ascenso.
Una vez próximos a la superficie amesetada cimera, veremos del vértice geodésico del Obispo (2.014 m) inmediatamente a nuestra izquierda.
Después de atravesar la extensa altiplanicie kárstica que separa ambas cumbres llegamos a Revolcadores (1.999 m), con espléndidas vistas de La Sagra y, más a lo lejos, Sierra Nevada.
Un corto y agradable descenso (por el mismo itinerario de la ida) nos conduce nuevamente al parking, todavía a tiempo de degustar una comida serrana por algunos de los restaurantes de la zona.

Track (wikiloc): Aquí.

Datos prácticos:
Distancia: 6,5 km
Desnivel acumulado: 525 m
Tiempo en movimiento: 02:20 h.
Dificultad: Media-Baja.

viernes, 21 de marzo de 2014

CAMI DE CAVALLS (VUELTA A MENORCA EN BTT)

Menorca, isla declarada Reserva de la Biosfera en 1993, cuenta con una ruta, El Camí de Cavalls (Camino de Caballos), de unos 185 kilómetros que rodea toda su costa. Aunque no se conoce con exactitud sus orígenes, se sabe que durante el siglo XVII su función era proteger la costa menorquina y comunicar entre sí todas las torres de defensa. También era utilizado por payeses y su acceso era totalmente libre.
A lo largo del siglo XX el Camí de Cavalls sufrió un gran deterioro debido a la falta de mantenimiento y desuso de algunos tramos. Gracias a la presión de determinadas asociaciones y colectivos, en el año 2000 se promulgó una ley al objeto de establecer el uso y paso público, libre y gratuito sobre el trazado original. En la actualidad, el Camí de Cavalls conecta la mayor parte de las playas y calas de Menorca y es un recorrido, completamente señalizado, muy transitado por senderistas o turistas a pie, caballo o en bici.
Aunque se puede realizar en bicicleta de montaña, el firme irregular y pedregoso de ciertas zonas, y los continuos sube y baja del trazado, obligan a intermitentes, y a veces continuos, tramos a pie o de porteo. Así, la mayor parte de los tracks disponibles en la red (para bici) evitan algunas zonas del todo impracticables. Por ello, el recorrido propuesto evita el Barranco y Cala de Llucalari, la Playa de Fornells y el tramo entre Cala Pregonda y Ets Alocs, así como la esquina noroeste y el lado oeste de la isla. Aún así, incluye tramos intermitentes a pie. En total son 198 km y 3.174 m de desnivel positivo acumulado (track aquí), que pueden realizarse en tres intensas jornadas de bicicleta.
Existen numerosas empresas que ofrecen recorridos variados en bicicleta por la isla, Camí de Cavalls, Pedals de Menorca, Cavalls de Ferro, Menorcasport, etc., así como también servicio de alquiler de bicicletas. La mayoría de estas últimas cuentan con bicicletas actuales y de alta gama. Nosotros alquilamos unas Trek Superfly FS 8, doble suspensión y ruedas de 29 pulgadas, en Tot Velo por un precio de 25 euros/día (69 euros/3 días).
En nuestro caso, el planteamiento de la ruta era el mismo que el de la Vuelta a Lanzarote de hace unos años. Establecimos el campamento base (un apartamento) cerca de Ciutadella, alquilamos una furgoneta y fuimos combinando las salidas turísticas y senderistas de nuestras parejas con los finales de cada una de las etapas, al final de las cuales nos recogían.

La singular configuración geológica de Menorca condiciona la orografía, la naturaleza del firme y la ciclabilidad del Camí de Cavalls. Así, la mitad sur, ocupada por una altiplanicie carbonatada de escaso relieve, corresponde a un extenso karst en el que atravesamos un gran número de barrancos y encontramos abundantes obstáculos en el sendero debidos al afloramiento de rocas calizas de morfologías irregulares. Por su parte, en la zona norte aparece un mosaico de materiales de diferente edad, composición y color que dan lugar a un relieve accidentado, de tonalidades policromáticas y de valles anchos y poco profundos. En esta zona, el firme del sendero presenta, salvo algunos tramos, una naturaleza arcillosa y una abundancia de fragmentos rocosos planares, siendo en general más regular y ciclable, aunque las elevadas pendientes, tanto en subida como en bajada, disminuyen la ciclabilidad global del sendero.

1ª Etapa: Ciutadella-Cap d´en Font (70 Km. 1.140 m D+)
Desde Cala en Blanes (8:15 h) comenzamos a pedalear por distintas calles y viales urbanos de los alrededores de Ciutadella. Cruzamos la ciudad y continuamos por carreteras secundarias y caminos rurales en dirección a la costa sur de la isla.
Algunas vallas y caminos privados después llegamos a la costa, a la altura de Son Saura (el track continua por un camino con cartel de finca privada, aunque sin cadena o candado. Continuar por el, pero sin salirse del mismo y volviendo a cerrar la puerta).
Preciosas y recónditas calas de intenso azul se suceden.
Cala en Turqueta, Cala Macarelleta, Cala Macarella, ....
Entre calas y playas, los kilómetros y kilómetros de sendero se abren paso a través de un denso e impenetrable bosque mediterráneo. Acebuches, encinas, pinos, sabinas, enebros, algarrobos, etc. se disponen a ambos lados del Camí en número, tamaño y densidad desconocidos en nuestras latitudes mediterráneas.
Reponemos fuerzas en Cala Galdana y, poco después, llegamos a Cala Mitjana donde, pese a que ya hemos visto unas cuantas calas y playas, nos vuelve a sorprender su particular azul, sus aguas cristalinas y su belleza. Sin duda, la cala que más me ha gustado de toda la costa sur por la que hemos pedaleado.
El cruce de numerosos barrancos durante todo el recorrido costero y la presencia de escalones rocosos o rocas de formas angulosas e irregulares obligan a intermitentes tramos de porteo. A todo esto, la bici de 29" me causa buenas sensaciones desde el principio. Permite ciclar, en mayor medida que las de 26", las irregularidades del camino, tiene una buena maniobrabilidad y no encuentro inconvenientes apreciables en los cambios de ritmo asociados a subidas técnicas. No obstante, y pese a todo, cuanto he echado de menos a mi..., bueno, al menos, al sillín de mi francesita.
Zonas y caminos rurales, bucólicos senderos entre muros de piedra seca e incontables puertas se suceden en este mosaico o puzzle parcelario en el que está dividido la isla.
Las calles y viales próximos a algunas de las urbanizaciones de la costa (Sant Jaume, San Bou, Cala en Porter,...) permiten aumentar la velocidad media y suponen cortas interrupciones al eterno o infinito sendero por el que discurre el Camí de Cavalls en esta zona. Por fin, después de casi siete horas de pedaleo (o en movimiento) llegamos a Cap d´en Font (17:00 h).

Datos prácticos (1ª etapa):
Distancia: 70 km
Desnivel acumulado: 1.140 m               Altura máxima: 84 m.
Tiempo en movimiento: 06:50 h.
Velocidad media (mov):  10,3 Km/h
IBP: 155
Dificultad física (Media-Alta) y Técnica (Media-Alta)
Observaciones: Tramos intermitentes a pie. Firme con escalones y rocas de morfología angulosa e irregular.


2ª Etapa: Cap d´en Font-Fornells (70 Km. 1.080 m D+)
Después del atracón de senderos técnicos del día anterior, los primeros kilómetros de esta etapa resultan cómodos y rápidos. A las 9:00 h comenzamos a circular por los viales, calles y carreteras próximas a Binissafua, Binibeca, Biniancolla y Punta Prima. Al pasar esta última, nos adentramos en un sendero costero bajo la atenta mirada de la torre de vigilancia del Morro d´Alcaufar.
Después de Cala Alcaufar, alternamos caminos rurales y carreteras, con algunos tramos de sendero, que nos conducen a Binissaida de Damunt, Santa Ana, Es Castell y Mahón.
Reponemos fuerzas en una terraza del puerto deportivo de Mahón y continuamos por carretera hacia Sa Mesquida y su playa. Hasta aquí han sido 28 cómodos kilómetros en 2:45 h (incluyendo paradas varias y almuerzo).
Seguimos, paralelos a la costa, pedaleando por senderos y estrechos caminos junto a verdes bosques y prados de la campiña menorquí.
Paisajes tan verdes y exuberantes, en este luminoso día pre-primaveral, que nos recuerdan a zonas y latitudes del pre-pirineo.
La orografía de esta zona es más acusada que la de la costa sur, aunque el firme arcilloso y/o la naturaleza esquistosa del terreno se deja ciclar con mayor facillidad.
Después de un corto tramo de carretera, pasamos la albufera des Grau, seguimos por caminos y senderos costeros y llegamos a la Platja d´en Tortuga.
Un camino y un corto desvío por un tramo asfaltado nos conducen al Cap y Far de Favàritx.
Areniscas y esquistos negros confieren al entorno un aspecto desértico y lunar.
Comemos algo (menos mal que llevamos comida y agua de reserva para poder auto-abastecernos en estas situaciones) y retomamos la marcha. Dejamos la carretera y nos adentramos por un sendero junto a la costa.
Nuevos caminos y senderos por la campiña menorquí reconfortan la mente y contribuyen a alegrar el ritmo de pedaleo.
Pasamos junto a Ses Salines y Cala Addaia y, una vez llegados a la civilización (Port d´Addaia), tomamos un refresco y repostamos agua.
Varios kilómetros de asfalto, por carreteras secundarias y viales de urbanizaciones fantasmas (que también parece haber en la isla), a los que les siguen unas pistas forestales nos conducen a la carretera de acceso a Fornells, en donde damos por finalizada esta segunda etapa (16:45 h).
Etapa más tranquila y suave que la de ayer, aunque con similar longitud y desnivel acumulado, que pese a incluir bastantes kilómetros de caminos y asfalto, ofrece paisajes tan espectaculares y variados como el singular puerto de Mahón, la recóndita Platja Tortuga, el paisaje lunar del Cap de Favàritx, la placidez de las albuferas des Grau y Cala Addaia y, muy especialmente, el verde intenso y la sosegada calma de la campiña menorquí.

Datos prácticos (2ª etapa):
Distancia: 70 km
Desnivel acumulado: 1.080 m                 Altura máxima: 88 m.
Tiempo en movimiento: 05:50 h.
Velocidad media (mov):  12,0 Km/h
IBP: 107
Dificultad física (Media) y Técnica (Media)


3ª Etapa: Fornells-Ciutadella (50 Km. 1.076 m D+)
Esta tercera y última etapa discurre plenamente por el norte de la isla, por un relieve más abrupto y accidentado, en el que se localiza la Reserva Natural Nord de Menorca. La ausencia de poblaciones y urbanizaciones permite pedalear (o portear a ratos tu bici) por agrestes acantilados y solitarias y espectaculares playas vírgenes.

A las 9:05 comenzamos a rodar, siguiendo el recorrido de Camí de Cavalls, hacia Platges de Fornells y Cala Tirant (en el track se incluye un trazado alternativo que evita los incómodos escalones y el tránsito por esta última).
Un agradable sendero nos conduce a la carretera del Cap de Cavallería.
Dejamos dicha carretera y descendemos hasta la Platja de Cavallería. Espectacular playa, de aguas cristalinas y arenas de tonalidad rojiza, que, salvando las distancias geográficas y sus diferencias, me recuerda a alguna de las magníficas playas de Cabo de Gata. Sin duda, la playa que más me ha gustado de toda la costa norte.
Continuamos, alternando tramos ciclables y no ciclables, hasta Cala Mica, Platja de Binimel.là y poco después Cala Pregonda.
El tramo comprendido entre Cala Pregonda y Ets Alocs, de unos 7,5 km de longitud, presenta una ciclabilidad muy reducida. Por ello, y pese a la espectacularidad y policromía de sus paisajes, no resulta aconsejable a todos los bikers (nosotros empleamos unas 2 h para realizarlo). Así, en el track se ha eliminado dicho tramo y se incluye un bucle o variante que, desde Cala Pregonda, desciende hasta Ferreries y vuelve a retomar el Camí de Cavalls en Ets Alocs.
Los relieves montañosos entre Cala Barril, Cala Calderer y Ets Alocs obligan a continuados tramos de porteo o bici-trekking .
Llegamos a Cala del Pilar y remontando posteriormente su arenosa ladera se nos aparece literalmente la virgen, o al menos la figura de la virgen que adorna la oquedad en la que se localiza una fuente, en la que aprovechamos para repostar agua, descansar y reponer fuerzas.
El recorrido se torna más ciclable y con mayor presencia de vegetación, lo que nos permite, a diferencia de los tramos inmediatamente anteriores, pedalear a la sombra, al menos algunos ratos, en estas horas centrales del día.
Llegamos a Cala d´Algariens y poco después a cala Fontanelles. Un corto tramo de porteo, en ascenso, nos lleva a un sendero que finalmente nos conduce a las urbanizaciones próximas a Cala Morell.
Aprovechamos, como no puede ser de otra manera en toda salida de turismo BTT que se precie, a visitar los restos arqueológicos de las Coves de Cala Morell.
Ante la ausencia de ningún bar abierto, tomamos la carretera y regresamos nuevamente a Cala en Blanes, en las proximidades de Ciutadella (16.20 h).

Datos prácticos (3ª etapa):
Distancia: 50 km
Desnivel acumulado: 1.076 m          
Tiempo en movimiento: 05:40 h.
IBP: 118
Dificultad física (Media-Alta) y Técnica (Alta)
Observaciones: Tramos continuos a pie. Ciclabilidad muy reducida entre Cala Pregonda y Ets Alocs.

En resumen, una espectacular ruta que te ofrece, como pocas otras, todo lo que se le puede pedir a la práctica de la bicicleta de montaña: ejercicio físico en el medio natural, amenizado con entretenidos y técnicos senderos, al tiempo que te permite viajar, descubrir nuevos paisajes y, en este caso, conocer las playas y rincones de esta preciosa isla, reserva de la Biosfera, que es Menorca. Otro destino, uno más, imprescindible para todos los amantes de la bicicleta de montaña (o del senderismo).
A destacar, entre los tramos y paisajes más espectaculares, las calas azules y el denso bosque mediterráneo del sur de la isla, los verdes prados, la campiña menorquí y el paisaje lunar del Cap de Favàritx del lado oriental y los policromáticos relieves, extremos y solitarios, así como las playas vírgenes del norte de la isla. Todo ello accesible por un camino o sendero "público" que permite, sin las absurdas restricciones de otros lugares o administraciones, andar, montar a caballo o pedalear por interminables y variados kilómetros de sendero.

Track del recorrido (3 etapas): Aquí.